1968, 1968
Sino hubiera habido un afiche para llevarse a casa yo podría haber salido de mal humor.
Pero como la sorpresa del deseo cumplido me reubicó en el contexto y los restos de la muestra de Rosa Chancho hicieron lo suyo para recordarme que el lugar en donde estaba no era un subsuelo clandestino sino Apettite, saliendo de la muestra y con cierto gusto amargo de excesiva formalidad, agarro mi catalogo afiche y soy mucho más feliz!!
Vuelvo a entrar entonces.
Y después me amigo un poco más con lo serio y frío y hasta me divierto buscando referencias (debo reconocer que algunas de las búsquedas fueron inútiles…)
En definitiva: me da la sensación de que Jacoby pasteuriza sus experiencias y propone un nuevo texto que poco tiene que ver con lo que haya sucedido en el 68, pero que en mucho se refiere a ese año.
Una serie de afiches-obra, u obras-afiche o nada, ni obra ni afiche, y ya… justificaron la pintada negra de las paredes de la sala trasera de Apettite, que se convirtió en una sala entre lúgubre y seria, sobria y escandalosa…
Texto e imagen, fondo negro, luces dirigidas y palabras, palabras palabras, sentir sentir sentir.
Un sacudón de pasado pero con más de lo presente que de eso.
Colores, sobre fondos más bien en blancos y negros. Eventos reconocibles.
Hitos.
Fragmentos de la historia local, local, local
Y re-localización de imágenes en un discurso ¿socialista? ¿vanguardista? ¿político? ¿crítico? ¿conformista? ¿postmoderno? ¿neutro? ¿kitsch? ¿trash? ¿careta? ¿artístico? ¿histórico?... he aquí el quid de la cuestión!!
Corona el evento inaugural Scafati pintado un busto de Marx, a dos metros de altura y con cara de Papá Noel. (siempre creí que había un nexo grande entre estos dos personajes y me desilusioné al darme cuenta de que era su aspecto físico… será solo eso?… )