Año a año
El LXII Salón Nacional de Rosario tuvo lugar sobre fines de diciembre de 2008. Éste contó con la participación de sesenta y cuatro artistas.
Una de las principales características de esta exposición en esta ocasión fue la distribución de las salas, donde se coloco a la mayoría de los artistas a partir de su producción, pero distribuidos por disciplinas similares, aunque en una misma línea de producción sus estilos eran diversos. En esta ocasión se pudo ver un número mayor de artistas que trabajó en disciplinas multimedia, aunque también lo hicieron dentro de producciones tradicionales. Así, nos encontramos con: pinturas de Catalina León, Adriana Minoliti y Paola Vega; instalaciones como la de Ángeles Ascúa y Florencia Caterina o video instalaciones de Rodrigo Cañás, Mónica Heller; fotografías de Erica Bohm, Santiago Porter, Lucila Heinberg y Yamandú Rodríguez, como también dibujos de Hansen Juvik. A este listado de artistas, también hay que agregar, sin restarles valor, a aquellos productores que comienzan a dar pasos dentro de la escena artística o aquellos que llevan años en este “mundillo”.
De este modo tanto la lectura como el recorrido, nos iban sorprendiendo sala a sala, se presentaban de manera calma. Las obras interactúan con obras “similares”, presentando en su mayoría diversas posibilidades de técnicas sobre disciplinas afines. A su vez, presenta cómo dentro de una propuesta existen diversas maneras de abordaje, y esto simplemente depende de la decisión de cada artista.
Como todos los años hubo premiados: Primer Premio para Marcos López, el Segundo para Hernán Salamanco, Tercero para Leonel Luna, y el Cuarto para Nicanor Araoz. Luego se otorgaron Menciones a Cynthia Kampelmacher, Arturo Aguiar, Maximiliano Rossini y Diego Vergara. También se otorgaron Menciones Honoríficas para Juan Beccar Varela, Agustín Soibelman y Verónica Di Toro.
Sin lugar a dudas ésta una exposición que nos adelanta qué es lo que se está trabajando en los talleres. Qué es lo que está de moda y qué no. Como en todos los ámbitos, éste no se escapa a lo que ocurre, pone en escaparate las últimas propuestas y los últimos nombres, no como un simple juicio de valor sino como una vidriera para tener en cuenta año a año. Cómo se van dando los procesos artísticos dentro de los espacios que legitiman el circuito artístico local.